La ansiedad es una reacción normal de nuestro cuerpo. Por ejemplo, cuando uno afronta una entrevista de trabajo puede ser útil estar en modo “alerta” pero también se pueden notar algunas sensaciones físicas como que el corazón va más rápido, insomnio o tener la boca seca.
Es difícil encontrar a alguien que no haya experimentado ansiedad alguna vez. De hecho, la ansiedad nos ayuda a enfrentarnos a los problemas cotidianos, pero una ansiedad desproporcionada interfiere en nuestras actividades diarias y en la salud.
Por tanto, si sufres de una ansiedad desproporcionada, probablemente das muchas vueltas a los problemas cotidianos como, por ejemplo, los temas relacionados con la pareja, los hijos, el trabajo, la salud o la economía familiar, es como si casi todo te inquietase.
Es posible que te resulte difícil controlar estas preocupaciones.
Un estudio de la universidad de Pensilvania en Estados Unidos determinó que el 91,4% de las cosas que nos preocupan nunca suceden.
Resulta que nuestro cuerpo vive la preocupación como si fuera real y entramos en modo alerta. Nuestro cuerpo y nuestra mente no distinguen lo que es real de lo que es imaginario, es decir, nuestro cerebro no diferencia las situaciones que realmente estamos viviendo de las que son solo preocupaciones. Efectivamente, la preocupación es una hipótesis, algo que imaginamos que podría suceder.
Lo que ocurre es que, al preocuparse, todo el cuerpo se activa, desde el cerebro, las glándulas suprarrenales y muchas hormonas y una de estas hormonas es el cortisol.
La hormona del estrés, de la supervivencia y de la ansiedad.
A dosis pequeñas el cortisol es bueno, es lo que nos permite enfrentar los retos, pero si uno vive en permanente estado de alerta y con altas dosis de cortisol, el cuerpo empezará a dar señales a través de unos síntomas.
Los trastornos relacionados con la ansiedad afectan al 15 y 25% de la población, es decir, 1 de cada 5 personas sufren de algún tipo de trastorno de ansiedad. Y si hablamos del trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la prevalencia global es del 5%.
Varias investigaciones, y específicamente la desarrollada en British Confederation of psychotherapists, han demostrado que la terapia cognitiva conductual es una de las más eficaces para tratar los trastornos de ansiedad. Por ello, si sufres de ansiedad, es fundamental que busque ayuda profesional.
Si quieres entender un poco más respecto a lo que te está pasando, puedes encontrar más información en mi taller totalmente gratuito: ¿Qué me está pasando? Ansiedad y al acceder al taller también podrás acceder a un vídeo en que un paciente cuenta su historia de superación.