Gestión emocional durante el Embarazo

Bruna Barbosa
Psicología perinatal

¿Cómo se sienten las personas que están esperando un bebé?  ¿Cómo viven su nuevo rol?

No todas las mujeres viven el embarazo de la misma manera, algunas viven embarazos sencillos, sin muchas molestias. En cambio, para otras mujeres el embarazo es un período de muchas preocupaciones. Esto es especialmente frecuente si se ha identificado alguna dificultad médica, enfermedad o si ha costado conseguir el embarazo. En estos casos, los padres en vez de ir a las revisiones médicas con ilusión pueden ir con miedo y ansiedad, lo cual puede incluso generarles culpa por “no estar sintiendo la felicidad que deberían sentir” y la madre suele experimentar cada síntoma del embarazo con sensación de alarma.

Un estudio publicado en la revista Psychology of Women Quarterly alerta que es importante mantener al mínimo la ansiedad y el estrés durante el embarazo, en este caso, el estrés vivido en los embarazos de alto riesgo, pueden aumentar el riesgo de parto prematuro, además de favorecer los problemas de salud mental en el posparto. 

De hecho, un estudio del King’s College en Londres revela que una de cada cuatro mujeres padece trastornos de salud mental durante el embarazo. Igualmente, las mujeres que ya tienen problemas de salud mental pueden notar que sus síntomas empeoran durante el embarazo, aunque otras pueden experimentar problemas de salud mental por primera vez durante este período.

Una idealización de la maternidad, alejada de la vida real, que comporta mucho estrés, podría no contribuir al bienestar de la embarazada. Como todo, la maternidad tiene aspectos maravillosos que son compartidos por la sociedad y aspectos desafiantes que son silenciados por los demás. La maternidad está llena de mitos, está idealizada. Por esta razón es importante hablar de los aspectos negativos de la maternidad, que parece que es un tabú, que no está bien visto comentarlo, pero tenemos que ser conscientes de los desafíos que conlleva el nuevo rol de madre y aprender cómo gestionarlo para que podamos disfrutar de este camino.

Cuando nace un hijo, nace también una mujer con un nuevo rol que irá asumiendo: el rol materno. La maternidad conlleva una transformación física y emocional, necesitamos estar dispuestos a aprender; siempre digo a mis pacientes que el embarazo es la preparación hacia una nueva identidad. Aunque sea el segundo o tercer embarazo, la llegada de otro hijo lleva consigo muchos cambios para la madre y para toda la familia.

Son nueve meses de muchos cambios en la vida de la mujer. Su cuerpo se transforma para acoger y alimentar al bebé, su volumen sanguíneo prácticamente se duplica, sus glándulas mamarias comienzan a producir leche y aparece un nuevo órgano, la placenta, que secretará enormes cantidades de hormonas que coordinarán todos estos cambios.

Pero el cambio también ocurre en el cerebro. Este órgano se activa para preparar a la madre para la etapa que se abre una vez pasado el parto: la del cuidado de su nuevo hijo o hija.

Hace años se pensaba que el cerebro solo era plástico durante la niñez y adolescencia; la evidencia actual sugiere que el embarazo y posparto inmediato son, de hecho, una de las épocas de mayor plasticidad cerebral dentro de la edad adulta.

La plasticidad cerebral es la capacidad del cerebro para incorporar nuevas neuronas y modificar la conexión entre ellas. Es lo que nos ayuda a adaptarnos a nuevas situaciones y aprender nuevas habilidades.

El embarazo es una etapa de especial transformación psicológica que, en algunos casos, puede despertar dificultades inesperadas a nivel emocional. Supone muchos cambios y hacer renuncias de cosas que hasta hace solo unos meses eran centrales en nuestra vida, es muy complejo recolocarse desde esa nueva identidad de madre que, a veces, parece anular las demás facetas de la vida.

También se inicia una nueva etapa en la relación de pareja, es difícil adaptar la pareja a la nueva realidad como familia.

La maternidad nunca es sencilla, es un proceso de transformación a todos los niveles y en muchas ocasiones la mujer no cuenta con el apoyo necesario, lo que le provoca mucho dolor. Muchas madres tragan ese dolor en solitario, sin atreverse a pedir la ayuda que necesitan.

Por otro lado, al conseguir hacer una buena gestión emocional de estos cambios y renuncias que conlleva la maternidad y al lograr una transición saludable de “pareja” a “familia o de “familia” a una “familia más grande”, el bebé se convierte en nuestro gran maestro y en una gran alegría.

Busque ayuda de un profesional, la terapia perinatal es fundamental en este proceso de cambio.

También podrán ayudarte mis talleres, libros y cursos  ¿Qué me está pasando?; podrás encontrarlos aquí en mi página web. 
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Bruna Barbosa
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